Es muy importante saber que cuando dos imprentas no trabajan bajo el mismo estándar ISO es muy difícil que logren tener el mismo resultado impreso aunque trabajen con el mismo archivo original.
Vivimos en un periodo de integración, integración del digital en los talleres de offset, integración de varios dispositivos para un trabajo, integración de dato variable sobre impresiones ya realizadas en prensas offset. Integración al fin y al cabo de diversos elementos que tienen que mostrar una sola apariencia, un mismo color vengan de donde vengan. Para ello es muy importante poder conocer y editar los espacios de color de los dispositivos, poder perfilar los diferentes soportes para las máquinas y poder generar perfiles comunes que ‘casen’ a unas máquinas con otras los soportes que en cada caso sean necesarios. Partiendo de aquí, vemos que uno de los más importantes parámetros a la hora de decidirse por un dispositivo de color es su ‘gamut’.
Es importante por tanto, que el dispositivo sea capaz de reproducir, dentro de su espacio de color correspondiente, los colores con la máxima fidelidad posible, pero sobre todo es importante mantener la misma colorimetría de trabajo a trabajo, y a lo largo del tiempo. Si generamos, por ejemplo, un catálogo con imágenes y colores corporativos, debemos tener en cuenta que los colores han de ser los colores corporativos que el cliente nos pide. Pero además, debemos saber que los próximos trabajos que imprimamos para este cliente tienen que llevar exactamente los mismos colores que el primer trabajo, ya que son los que nuestro cliente nos pidió, y que gracias a la fidelidad de color de nuestro dispositivo, y a nuestro buen hacer, han hecho que este cliente nos vuelva a confiar su trabajo. De nada nos servirá esforzarnos por conseguir un buen trabajo y ganar un cliente, si el siguiente trabajo no podemos imprimirlo con la misma calidad ni fidelidad.